domingo, 31 de marzo de 2013

Trabajo en equipo

                                       
   A la hora de trabajar en equipo, no todos tenemos una misma forma de hacerlo. Para observar los diferentes comportamientos que pueden aparecer en dicha situación, hemos realizado en clase una actividad curiosa cuanto menos. Para ello nos hemos dividido en tres subgrupos, y a todos se nos ha repartido un folio con los datos del ejercicio. La diferencia radica en que, sin saberlo, cada uno de estos grupos tenía que resolver la tarea de una manera distinta, pues un texto estaba con los datos enumerados, otro los tenía en un cuadro y el último en un texto narrado (nuestro caso).
   La tarea debía ser resuelta en un máximo de 15 minutos. Al finalizar, analizamos los resultados a partir de las siguientes preguntas:

   ¿Tiempo hasta la organización del equipo?
  
   Los primeros segundos los empleamos para leer cada uno en qué consistía la tarea y resolver las pequeñas dudas. No había transcurrido un minuto cuando ya comentábamos cómo hacer el trabajo y qué debería hacer cada uno. 

   ¿Se acordó el orden y las normas de trabajo?

Una vez aclaradas las dudas, uno de los compañeros empezó a apuntar en un papel los datos que teníamos que obtener del texto. Fue otro compañero el que propuso la forma de adquirir dicha información y los demás estuvimos de acuerdo. No se acordó ningún orden concreto de trabajo, sino que de forma común fuimos analizando el texto. 

    ¿Existió moderador o coordinador? ¿Auto propuesto?

No lo hubo. Todos discutiamos las opciones posibles de manera ordenada y respetando cuando alguien tenía la palabra. 

¿Se llegó a algún punto muerto en la discusión?

No. Fue un trabajo dinámico y sin pausa. 

¿Qué ha facilitado el trabajo?

La compenetración entre todos los miembros del grupo hizo que mientras uno se encargaba de apuntar las conclusiones, el resto ya nos disponíamos a buscar nuevos datos concordantes, lo que aceleró el trabajo.

¿Qué medidas podían haber aumentado la eficiencia?

Indudablemente el número de hojas con los datos. Sólo disponíamos de una, por lo que era bastante complicado que todos pudíeramos estar cerca para poder leerla. Si cada uno hubiese tenido una, puede que al principio, durante la primera lectura, ya hubíesemos señalado datos relevantes para después debatirlos y llegar a un punto común.. 
Los resultados también podrían haber sido mejores si no hubíesemos tenido un tiempo determinado tan corto: las prisas no  son buenas consejeras.
 
¿Han participado todos o alguien se ha inhibido?

Es cierto que algunos han podido hablar más que otros, pero nadie ha llegado a inhibirse de la tarea. Hay que destacar que el hecho de haber un solo papel con los datos impedía que todos tuviesen la misma facilidad para acceder a ellos. 

¿Se ha centrado cada uno en su pista o se ha atendido a la de los demás?
Puesto que había numerosos datos, dentro del grupo hubo ocasiones en que aparecieron dos o tres subgrupos que discutían diferentes datos, pero terminábamos revisándolos entre todos y llegando a una decisión conjunta para no cometer errores en el momento de plasmarlo en el cuadro. 

¿Se asumieron los errores? ¿Se aclararon?

En el momento en que supimos las soluciones correctas, tuvimos un error. No todos los miembros del equipo llegaron a asumirlo, pero creo que por falta de información. Todos decíamos lo mismo, pero por la forma de aclararlo no llegábamos a un entendimiento. A mayor número de personas en el equipo, más difícil encontrar ese punto común. 

¿Qué podría mejorar para disminuir las tensiones y lograr un clima de aceptación?

Creo necesario marcar unas directrices y objetivos en un inicio. Ésto facilitará que todos trabajen en una misma dirección, aunque a veces de forma diferente. 
Quizá la elección de un lider de manera conjunta disminuya las tensiones que puedan surgir por las diferentes opiniones y las distintas maneras de trabajar de forma individualmente. Aunque en nuestro caso no hubo un lider destacado y el clima de trabajo fue bastante correto.   

   Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que los estudiantes de fisioterapia (puede que los alumnos de ciencias de la salud en general) son mayoritariamente partidarios de trabajar de manera individual. Admito que formo parte de esa mayoría. Individualmente uno sigue su propia metodología, sabiendo cuales son sus puntos fuertes y cuales no. Pero también hay que tener en cuenta que al trabajar en equipo, los puntos de vista diferentes ayudarán a ver cosas que en un principio se nos escapan; y lo más importante: siempre aprendes. Eso si, el número de participantes en el equipo no debe ser muy grande, puesto que debatir en demasía retrasará el trabajo y ayudará a que se pierda información con el transcurso del tiempo
   Además, debemos pensar que en muchos momentos de nuestra profesión, el equipo multidisciplinar será una realidad, por lo que debemos aprender a trabajar de esta manera.

   ¡¡Trabajando en equipo no encontraremos una puerta que no podamos abrir!!